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El proceso de café lavado, también conocido como procesamiento húmedo, es un método de transformación de granos de café que implica la remoción de la pulpa y otros residuos de la cereza antes de secar los granos. Este proceso meticuloso es apreciado por su capacidad para resaltar la acidez y la claridad de los sabores en el café. A continuación, se presenta un desglose detallado del proceso:

1. Cosecha: La primera etapa del proceso de café lavado comienza con la cosecha de las cerezas de café. Los recolectores expertos seleccionan a mano solo las cerezas maduras, ya que estas proporcionan granos de mayor calidad.

2. Despulpado: Después de la cosecha, las cerezas se someten a una máquina despulpadora que separa mecánicamente la pulpa exterior de la cereza del grano de café. Este paso es esencial para evitar que la pulpa interfiera con el proceso de fermentación que sigue.

3. Fermentación: Los granos, aún recubiertos por mucílago (una capa viscosa de pulpa y azúcares), se colocan en tanques de fermentación. Durante este proceso, las enzimas naturales descomponen la pulpa restante y afectan el sabor del café. La duración de la fermentación varía según la región y las condiciones climáticas, y es un aspecto clave para desarrollar los perfiles de sabor distintivos del café lavado.

4. Lavado: Después de la fermentación, los granos se lavan minuciosamente para eliminar cualquier residuo de mucílago que aún pueda estar adherido. Este paso adicional de limpieza contribuye a la limpieza y la claridad del sabor en el café lavado.

5. Secado:Los granos de café lavado se secan al sol o en secadores mecánicos hasta que alcanzan el nivel óptimo de humedad para el almacenamiento. El secado es una etapa crucial para prevenir el desarrollo de mohos y garantizar la calidad del café.

6. Descascarillado: Una vez que los granos están secos, se realiza el descascarillado para eliminar cualquier capa adicional que aún pueda envolverlos. Este paso prepara los granos para la tostadura, la última fase antes de llegar a la taza del consumidor.

El café lavado se caracteriza por su perfil de sabor brillante y limpio, con una acidez pronunciada y sabores más definidos. La meticulosidad de cada paso en el proceso de café lavado contribuye a la reputación de este método como una forma de producción de café de alta calidad y complejidad de sabor.